Mi compañera de departamento, Mª Dolores Gómez, y yo, Mª Jesús Ortolá, tuvimos la oportunidad de participar en una experiencia de job-shadowing dentro del marco del programa Erasmus+ para ciclos formativos del IES Serpis.
La acogida tuvo lugar la semana del 15 al 19 de abril en el Instituto Profesional de Servicios para la Industria y el Artesanado (I.P.S Beccari) en Turín, Italia.
El I.P.S Beccari destaca en el ámbito de la formación profesional por su metodología práctica. Su enfoque pedagógico se centra en brindar a los estudiantes experiencias reales en las que se integran, de la forma más real posible, aquellos conocimientos técnicos necesarios, siempre adaptados a las demandas del mercado laboral contemporáneo. Con una sólida trayectoria en la enseñanza de ciclos formativos de diversas especialidades, el centro se distingue por su compromiso con la inclusión educativa y la inserción laboral de alumnos con necesidades especiales.
Durante mi estancia en el I.P.S Beccari, tuve la oportunidad de profundizar en el sistema educativo italiano de ciclos formativos y contrastarlo con el modelo español. En concreto, nos centramos en comparar los contenidos de las asignatura Inglés Técnico impartida en todos los ámbitos de especialización. Entre las diferencias más destacables que pudimos observar, se encuentran:
1. Estructura curricular: En Italia, los ciclos formativos se organizan en un sistema de 5 años, con una combinación equilibrada de educación teórica general (3 años) y práctica (2 años). Esta organización supone que los alumnos decidan su camino en la educación a los 13 años, edad en la que tienen que elegir entre Liceo o Istituto Professionale. Por otro lado, en España, la duración de los ciclos es de 2 años: pueden empezar a los 16 años si se trata de un ciclo medio o a los 18 años si es un ciclo superior.
2. Flexibilidad del Plan de Estudios: El sistema italiano ofrece una mayor flexibilidad en la elección de asignaturas optativas y en la personalización del plan de estudios según los intereses y aptitudes del estudiante. En contraste, el sistema español tiende a ser más estructurado, con un plan de estudios predefinido y menos margen de elección para los alumnos.
3. Enfoque en la Formación Práctica: Ambos sistemas valoran la importancia de la formación práctica, sin embargo, el enfoque italiano parece otorgar mayor peso a las experiencias laborales directas, mediante prácticas en el propio centro desde el inicio de la formación práctica y proyectos colaborativos con el sector industrial.
4. Inclusión en el centro: Todos aquellos alumnos con necesidades educativas especiales de mayor o menor grado van acompañados de un Professor di Sostegno. Se trata de un profesor/a, con su correspondiente formación en educación especial, que atiende en todo momento al alumno que tiene asignado y lo acompaña en clase junto al profesor/a titular.
Mi participación en este programa de movilidad me ha brindado una perspectiva enriquecedora sobre la adaptabilidad de la asignatura Inglés Técnico, así como la oportunidad de establecer vínculos profesionales y culturales con colegas del ámbito educativo.