La visita a Angoulême fue sin duda uno de los atractivos del viaje. Tras llegar a Jarnac (Francia) la noche anterior, nuestro alumnado amanecía con las emociones a flor de piel ya que por fin habían conocido a “ses correspondants” y se unirían a ellos para dibujar su primera historieta juntos en la que está considerada como la ciudad internacional del cómic. Angoulême pertenece a la región de Nueva Aquitania y destaca, entre otras razones, porque el noveno arte inunda sus rincones. El nombre de sus calles se presenta en bocadillos de cómic y sus fachadas están plagadas con preciosos murales de artistas consagrados, convirtiendo a personajes como Corto Maltese, Lucky Luke o Astérix y Obélix en habitantes de este lugar tan especial. Así pues, aunque la lluvia hizo aparición no dejamos que empañara la tinta de nuestra primera viñeta del viaje y nos sumergimos en los encantos de la capital del cómic.
La visita al Musée de la bande dessinée no dejó indiferentes a nuestros alumnos ya que se trata de una experiencia inmersiva que combina 200 láminas originales y 20.000 grabados de infinidad de procedencias diversas con una gran variedad de contenidos digitales, creativos y objetos icónicos que explican por qué este museo es la extensión natural del festival internacional del cómic que se celebra aquí anualmente.
Además de esta visita cultural, llevamos a cabo una actividad en la que nuestros estudiantes Erasmus debían responder un cuestionario en pequeños grupos “hispano-franceses” mientras recorríamos el centro de Angoulême descubriendo su historia y entrábamos en su precioso mercado cubierto para conocer su gastronomía.
Este día sería solo un boceto de lo que vendría después, una semana plagada de sorpresas y experiencias nuevas para nuestros Eramus que quedarán impresas en su memoria para siempre.