Durante los días 9 al 15 de mayo, he tenido la oportunidad de visitar tres escuelas en la República Checa: dos públicas y una privada. He visto niños moviéndose cómodamente por sus escuelas desde infantil a Bachillerato.  En las tres escuelas, he notado esa preocupación por parte de los responsables del centro de hacer del lugar de trabajo (para docentes)  y estudio (para los estudiantes)  un sitio en que poder sentirse cómodos.

En efecto, son muchas las horas que unos y otros pasamos en la escuela y , a veces, descuidamos esas pequeñas cosas que hacen el espacio más agradable y confortable:

-distintos espacios en las aulas:  en la escuela Základní škola Roudnice nad Labem en Roudnice nad Labem (primaria y secundaria) hay  rincones diferentes para actividades diversas (escalones  donde  sentarse de cara a sus compañeros para realizar actividades participativas), colchonetas para el descanso, un futbolín para el juego, un rincón con comida saludable..

-alumnos y docentes usan cómodas zapatillas para estar en clase.

-los alumnos se mueven con bastante libertad por aulas y pasillos en la escuela Smart Základní škola en Roudnice nad Labem: Los profesores respetan los distintos ritmos de aprendizaje y dejan a los alumnos agruparse libremente, según sus intereses, en parejas, solos, en grupo…

-la directora de la escuela Gymnázium a Jazykova škola en Breclav vela por que los profesores tengan lugares en los que preparar su comida, (incluso una barbacoa para el jardín), descansar, reunirse para dialogar e intercambiar proyectos.  La escuela, un edificio señorial está perfectamente conservada, hay luz natural y plantas distribuidas por los pasillos que la hacen realmente atractiva.

Quiero agradacer especialmente a Hana Šimková, profesora y amiga, su inmensa amabilidad al acogernos y su esmerada profesionalidad organizando este tour por tres escuelas checas, diferentes pero todas ellas con la misma vocación de hacer la escuela un poco más humana.